El Santo Domingo es un género musical que estuvo presente en Lanzarote, como canto y baile, hasta que fue cayendo en desuso. Se tocaba con bandurria, laúd y/o violín como instrumentos de canto, y con la guitarra, el requinto y el timple rasgueados, como acompañamiento.
Alguno de los cantares hacía alusión al Santo
Santo Domingo
de La Calzada,
lléveme a misa
de madrugada.
Este cantar también servía de estribillo para repetirlo por los tocadores entre otros cantares, de distintas medida, incluso:
Ni voy con Juana,
ni voy con Petra,
si no con Julia
la majareta.
Dicen que las manos pican,
ellas pican de amorosas,
los rosales también pican
y de ellos se cogen rosas.
Los cantares se entonaban de forma seguida sin repetir ninguna palabra. La música se utilizaba también como cantares de Pascuas, variando su melodía, según quién lo tocara o cantara.
Dicen los pastores
Que vieron bajar,
Una luz del cielo
Derecha al Portal.
En el primer cuarto del siglo XX, todavía se bailaba suelto, con las parejas de frente en disposición de rueda, bailando hacia fuera y hacia dentro y cambiando de parejas cada vez que se comenzaba un cantar. Había bailadores que realizaban el cambio de parejas girando hasta encontrarse con la nueva pareja, desplazándose los hombres por fuera de la rueda, mientras que las mujeres lo hacían por dentro.
Este baile se fue dejando de bailar suelto a medida que se iban generalizando los bailes agarrados, perviviendo de esta forma hasta los años cincuenta, como una pieza más de las que se tocaban en los bailes amenizados con instrumentos de cuerdas de esa época.
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